BAJO LA MISMA ESTRELLA, DE JOHN GREEN

¿Qué pensaríais si os dijera que algunos infinitos son más grandes que otros infinitos? ¿Y que la vida no es una fábrica de conceder deseos?

A Hazel Grace Lancaster, una adolescente de 16 años, el cáncer le llegó junto con su primera menstruación y, desde ese momento, siempre va acompañada de unas vías respiratorias conectadas a una bolsa de oxígeno que evitan que sus “maravillosos” pulmones se olviden de ser pulmones.

Un día, su madre, convencida de que su hija tiene depresión, la convence para que vaya a un grupo de apoyo y es allí donde conoce al irremplazable, alegre y divertido Augustus Waters, un ex-jugador de baloncesto que perdió una de sus piernas por la misma enfermedad, pero que ahora está en remisión.

¿Y cómo describirlo? Pues si dejamos a un lado su increíble físico, pronto quedamos atrapados por una personalidad que deja sin aliento. Y es que a Augustus le encantan las metáforas, la filosofía, dejarse llevar por los simples placeres de la vida y encontrar las palabras adecuadas para cada ocasión. No hace falta añadir, por tanto, que su aparición en la vida de Hazel le da a ésta un giro de 180 grados a tal velocidad que la frenada resultaría aún más sobrecogedora.

El resto, os lo podéis imaginar. Gus desordena la vida de Hazel y ésta se olvida de sus series televisivas de la MTV, de su rutina diaria y de la monotonía de preocuparse por las ocho pastillas diarias que debe tomarse y su enfermedad. Por primera vez desde hace mucho tiempo, el diagnóstico no es otro que “felicidad”. ¿Y cómo no iba a serlo si el señorito Waters contacta con el escritor del libro que Hazel lee cada día desde que lo encontró?

John Green ha creado una historia como la vida misma: emotiva, real, inquietante, terriblemente preciosa y ocasionalmente desgarradora. De hecho, uno de los puntos fuertes de este libro es que no es un libro “sobre cáncer” donde se idealiza a sus víctimas y su valentía, sino que es un libro sobre la “vida” y sobre personas reales que luchan con miedo y que se desmoronan cuando las cosas no van como se espera. En otras palabras, no encontramos héroes dispuestos a morir jóvenes porque serán recordados como luchadores que han vivido cada día como si fuera el último, sino a personas normales viviendo una vida completamente ordinaria y a jóvenes preocupados de que sus días numerados no sean suficientes para dejar huella, pero que consiguen olvidarse de su enfermedad y descubren el privilegio que resulta querer a alguien aunque acabe rompiéndote el corazón.  

Pero no sólo destaca el enfoque que le da el gran John Green a toda la historia, sino que este escritor conoce todas las acepciones de “calar hondo” también en lo que respecta a la tonalidad y a la narración. Lleno de sarcasmos, dobles sentidos, referencias a grandes éxitos cinematográficos como V de Vendetta y 300, citas del provocativo pintor francés Magritte y de teorías físicas como la de los infinitos descubierta a través de la observación del proceso de alcanzar a un caracol, el libro está lleno de ingenio, vitalidad, empatía y de una complejidad filosófica que resulta apasionante y que está muy lejos de dificultar su lectura. Y es que Bajo la misma estrella es de esos libros que devoras en dos días y te desgarran emocionalmente de tal forma que vuelves a releerlo porque no quieres perderte ni un detalle.

Sin embargo, los humanos estamos muy lejos de alcanzar la perfección y este libro no es una excepción. A pesar de que encontramos una gran evolución psicológica en personajes como Hazel, encontramos otros que carecen de la relevancia que supuestamente tienen debido a la forma de la que se habla de ellos. Es el caso de Peter Van Houten. En mi opinión, este escritor simboliza la injusticia, la pérdida y la carencia de cordura que destaca en las personas que han sufrido en demasía. Sin embargo, la mayoría de cosas que sabemos sobre este personaje derivan de lo que otros personajes piensan, sienten o presuponen dado que aparece en momentos contados cuando realmente se le podría haber dado mucho más juego a este personaje.

En definitiva, leerse Bajo la misma estrella es comparable a subirse en una montaña rusa por primera vez y cerrar los ojos en la primera curva o a observar la demolición del edificio donde has pasado toda tu infancia pero que alguien a tu lado te agarre la mano. Y realmente yo no creía en los infinitos hasta que John Green me enseñó que incluso las distancias más grandes se vuelven pequeñas según nuestra perspectiva.

Sin lugar a dudas, le doy a este libro 5 estrellas de 5 y os recomiendo que dediquéis una pequeña parte de vuestros grandes infinitos a leerlo, porque no os vais a arrepentir.